lunes, 22 de abril de 2013

Las elecciones burguesas son solo para elegir al proximo opresor


Nos encontramos con un panorama muy particular en Chile, por las características del ascenso popular que se ha venido dando hace un par de años, con los movimientos sociales y políticos no pertenecientes a la podrida democracia burguesa, lo que ha ido resquebrajando “la fe” en el viejo Estado. La lucha de los estudiantes secundarios y universitarios, las luchas regionalistas, la lucha mapuche, las luchas ambientalistas, la lucha de pobladores, etc. nos ratifica que no es el mismo panorama que hace 10 años, que las masas han avanzado en sus derechos y en sus reivindicaciones particulares por mejores condiciones, y un porcentaje importante lucha por sus reivindicaciones en pos de cambiar la estructura económica completa. Pero este articulo no se enfoca en estos últimos, los cuales poseen claridad acerca de que no hay posibilidad de utilizar la democracia burguesa para un cambio real, sino para las personas con una mente activa y abierta, honesta pero ingenua, que aún ve posibilidades de cambio dentro de la misma democracia burguesa, visión completamente errada.

Siempre partimos de la premisa de que la democracia latinoamericana subdesarrollada se encuentra en desventaja (aún más injusta) que la democracia burguesa de países desarrollados de Europa y América del norte, por causa del imperialismo. Esto lo aclaraba Mariátegui planteando que estos países eran semifeudales, es decir que conservaban relaciones económicas antiguas como el latifundio y la servidumbre, a raíz de esto y debido a que la economía es la base de la sociedad, es que Mariátegui nos dice que sobre una economía semifeudal no van a poder prosperar nunca instituciones democráticas. He ahí cuando se entiende un Estado burgués y terrateniente demagógico y sin un desarrollo capitalista como en los países imperialistas y  más desarrollados, por lo que si la democracia burguesa es injusta con los más pobres;  el proletariado y el campesinado, en la democracia burguesa-terrateniente de los países atrasados (como Chile), estas injusticias aumentan ya que se actúa pasando por encima de sus propias leyes burguesas.

Teniendo en cuenta esto último podemos advertir que las elecciones, siendo parte de esta supuesta democracia, no solo no benefician  a las clases populares, sino que al pueblo no le sirven para nada, sirven solo a favor de la burguesía y terratenientes para mantener su tranquilidad y paz de cementerio. La democracia burguesa se encuentra sustentada en su Estado, y posee como columna vertebral al ejército y fuerzas de orden quienes reprimen  directamente a quien no respete su “legalidad” y economía capitalista, pero a su vez se justifican política y moralmente con un juego en el que ellos mismos ponen las reglas, las elecciones, donde te dicen por quién votar y te dicen cuando votar y como votar. En los países latinoamericanos esta injusticia se acrecienta aún más porque no existen instituciones verdaderamente democráticas; el parlamento, el ejecutivo, la justicia, la policía y las fuerzas armadas están llenas de demagogia, corrupción, robo, clientelismo, tortura, mentiras, abuso de poder, etc.

Es por esta razón que en un contexto subdesarrollado las elecciones no sirven ni siquiera como medio de propaganda, no nos podemos insertar en un sistema que no respeta ni sus propias leyes, ni su propia democracia burguesa, no nos podemos arriesgar a ser manipulados y agredidos, sin ganar nada para el pueblo, de hecho todo lo contrario, podemos perder masa honesta que se encuentra dispuesta para luchar por la revolución.

La prensa y lo políticos burgueses hacen referencia en la necesidad de votar y participar en las elecciones y plantean que solo votando se puede mostrar el descontento y hacer presión, bueno en la últimas elecciones municipales se mostró como a la gente no está interesada en ir a votar, pero si sale a la calle a marchar, este análisis surgió desde la misma prensa burguesa, y muestra la crisis de legitimidad que está afectando a la supuesta democracia. Es ahí donde hay que apuntar; negar las elecciones pero seguir con la política del pueblo en la calle, a través de las organizaciones populares; deslegitimando así su podrida democracia.

Es por ello que NO debemos asumir la democracia burguesa como una trinchera de lucha, en el contexto latinoamericano en ningún caso ya que no se ha consolidado esta supuesta democracia ni con sus propias leyes, es por ello  que apelamos a la lucha revolucionaria, al trabajo con las masas, a ganar organización gremial, y a la violencia revolucionaria, a luchar por lo que nos pertenece. El ascenso social recién ha comenzado, ya no le creemos a los políticos burgueses y hemos tomado las riendas de nuestra sociedad para construir un futuro rojo junto al pueblo.

¡Las elecciones burguesas no sirven al pueblo!

¡Solo la lucha romperá nuestras cadenas de opresión!

¡La rebelión se Justifica!

 

Escuela Política Luis Emilio Recabarren


 

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