A N T O F A G A S T A - C H I L E
Luis Emilio Recabarren
"Odiar la patria ajena es provocar el odio para nuestra patria.
Yo no quiero que
nadie odie mi patria, por eso amo las patrias de todos”, (3)
El tema de la patria estuvo siempre en su interés: el 3 de Septiembre
de 1910,
en Rengo, analizó los cien años de vida independiente de Chile, (4),
Recabarren dividió este "balance de siglo", en tres partes:
1. — La situación moral y social del proletariado y la burguesía en
los últimos
cien años.
2. — La situación intelectual y política del proletariado y la
burguesía en los
últimos cien años.
3. —La situación científica y económica del proletariado y la
burguesía en los
últimos cien años.
En estas frases cabe la esencia de "Ricos y Pobres":
“¿Dónde está mi patria y dónde mi libertad? La habré tenido allá en mi
infancia
cuando en vez de ir a la escuela hube de entrar al taller a vender al
capitalista
insaciable mis escasas fuerzas de niño? ¿Las tendrá hoy cuando todo el
producto de mi trabajo lo absorbe el capital sin que yo disfrute un
átomo de mi
producción? Yo estimo que la patria es el hogar satisfecho y completo,
y la
libertad sólo existe cuando existe este hogar”.
“La fecha gloriosa de la emancipación del pueblo no ha sonado aún”.
Los días 8 y 12 de mayo de 1924, en la Cámara de Diputados, defendió a
los
obreros de la acusación de anti-patriotas con que se les perseguía,
entonces.
Preguntó, con argumento rotundo, a los demás congresales: “¿Cuál es el
artículo de nuestros códigos que establece que es un delito apreciar
con
distinto criterio el concepto “Patria”?,
En la sesión del 8, en medio del asombro de sus colegas, cantó
"La
internacional" y el himno de los "federados", (5), para
demostrar la diafanidad
de mundo que persiguen "los esclavos sin pan". A
continuación, el 12, recordó
que. "Los actos de traición a la Patria jamás los han ejecutado
los obreros",
concluyendo por saludar al Ejército Rojo que "por sobre todas las
cosas tiene la
misión de paz, de imponer la paz sobre el mundo''.
(1) “La Teoría de la Igualdad”, 1911.
(2) Biblioteca de "El Socialista", Antofagasta. Imprenta de
"El Socialista" de la Federación
Obrera de Chile, 1920, Segunda Edición, 24 págs. Precio: 20 centavos,
(3) Id, El texto de este folleto es la conferencia que Recabarren
dictó, el domingo 10 de mayo de
1914, en el Teatro "Variedades" de Iquique.
(4) Con el título ríe "Ricos y Pobres" se imprimió esta
conferencia.
(5) Militantes de la Gran Federación de Obreros de Chile.
DISTINGUIDO AUDITORIO:
Es hermoso sentir y ver como la población despierta a impregnarse de
sentimientos cívicos, y a ejercitar su acción cívica, que es esto lo
que
engrandece los pueblos, y lo que constituye la verdadera base
democrática de
las patrias.
El Partido Socialista (1) y los socialistas nos sentimos intensamente
satisfechos
de haber provocado este advenimiento del pueblo hacia el civismo,
porque así
algún día obrará por su propio sentimiento sin sujetarse a dirección
de
caudillos.
Hemos sentido necesidad de tratar este tema, después que la prensa
toda, se
ha ocupado en estos tiempos de mentir caballerosamente (2) después que
sobre la frente de los socialistas se arrojó un anatema injusto y
fuera de toda
verdad; después que con persistencia malévola se ha repetido que los
socialistas insultamos la patria, el ejército, la bandera, etc., sin
que jamás
nadie haya oído de labios socialistas los repetidos insultos; después
que tanta
sombra se ha querido echar sobre el Socialismo, justo es que se le
oiga, que se
oiga su palabra, que se recoja sus sentimientos y que especialmente
los
adversarios conozcan de cerca nuestro modo de apreciar el sentimiento
patrio,
para que con conocimiento exacto, puedan juzgarnos favorable o
desfavorablemente,
Es el cargo más injusto y falto de verdad el gritarnos que no amamos
la patria.
Nadie como los socialistas prueban con los hechos de todos los días su
amor a
la patria y amor verdadero por la patria basado en el progreso y
engrandecimiento de sus hijos. Y probaremos como trabajamos por ese
progreso.
El Partido Socialista en su local efectúa todos los sábados veladas -
conferencias en las que realiza la educación gradual, lenta pero
segura de los
sentimientos que hoy alientan los pueblos. Esta obra educativa que
eleva el
nivel intelectual de la masa popular, son los hechos con que se prueba
amar la
patria. Esta labor de educación sólo la hace el Partido Socialista.
Cuando el Partido Socialista con tanta insistencia combate el
alcoholismo, que
es la llaga terrible que envenena los pueblos, hace labor patriótica;
prueba que
ama la patria porque quiere conservar sanos sus hijos y a su raza.
Cuando el Partido Socialista combate los garitos y el juego es porque
quiere
alejar del vicio, que consume el pan de los pobres, a tantos obreros
que
(1) El Partido Obrero Socialista fue fundado, en Iquique, el 4 de
Junio de 1912, por Recabarren
(2) Alusión al diario "El Nacional", de Iquique, con cuyo
Director discutió, públicamente,
Recabarren sobre Patria y Patriotismo.
redimidos darían labor útil a su patria.
Cuando el Socialismo combate la prostitución, la más infame de las
llagas
sociales que mantiene nuestra actual sociedad, hace obra de alto
patriotismo,
porque quiere librar a la patria y la familia, que es su base, de esa
degradación
en la que caen nuestras mujeres, llamadas a ser las madres de la
humanidad.
Esa labor la llamamos nosotros patriótica y trabajando por la
desaparición de
los vicios es como nosotros damos la mejor prueba de nuestro verdadero
amor
patrio quizás silencioso pero más real y efectivo que los que gritan
mucho de
patriotismo, (Aplausos).
Todos los sábados el Partido Socialista ha estado realizando una
conferencia
pública en la Plaza Condell, en las cuales despierta el civismo de la
población,
que es Desconocido, y es la causa de que el pueblo no conozca sus
derechos.
Así se hace obra educativa y así se prueba amar a la patria. Si esta
labor se
considera patriótica soy patriota; pero si a tolerar y amparar todos
los vicios y
degradaciones llaman patriotismo, no soy patriota.
Para la mejor presentación del tema lo he divido en tres partes, a fin
de tratar
la guerra, que es un derivado de la patria; la bandera, que tanto
alarde hacen
de que la insultamos; y el sentimiento patrio, tal como lo sentimos.
Debo advertir que como todas las cosas vienen modernizándose en el
mundo,
así también el sentimiento patrio ha entrado en una nueva orientación,
empujado por los socialistas.
Es la patria moderna que proclama el Socialismo, que sin mengua de
ninguna
especie, forma parte de la gran patria humanidad.
Si se otorga derecho a todas las fracciones en que se divide la opinión,
para
que propicie sus aspiraciones, justo es reconocer ese mismo derecho al
Socialismo, que entra en el concierto social, con sus modernos
sentimientos.
LA
GUERRA
La guerra: ¿hay algo más horrible que la guerra? Querer la guerra, ¿a
eso
llamáis patriotismo?, ¿a eso llamáis amar la patria? Si a eso llamáis
patriotismo, os confieso, yo no soy patriota. A nosotros se nos llama
antipatriotas porque somos enemigos de la guerra. Somos y seremos
enemigos de la guerra, y creemos así saber amar mejor nuestra patria,
que los
partidarios de la guerra. Lo vamos a probar.
La guerra destruye montones de oro en armamentos que se destrozan y
pierden, y balas y pólvora; en trenes, en equipos. La guerra consume
muchos
millones que el pueblo con sus miserias paga. La guerra destroza a los
hombres, matándolos, mutilándolos. Con esto priva a muchos hogares del
pan
diario y los sume en la miseria y aún los coloca en el camino de todos
los vicios
o crímenes. Si a esto llamáis patriotismo, os repito: yo no soy
patriota.
¡Cuántos niños y niñitas quedan huérfanos, en medio de la atroz
miseria, por
los que caen en la guerra! ¡Pobres niñitos que son carne predispuesta
para el
presidio y para el prostíbulo! ¿No os da tristeza presentir esos
horribles
cuadros que produce la matanza humana llamada guerra? ¿Cuántas
mujercitas
jóvenes y ancianas deja en la amargura la muerte de los que caen en la
guerra? ¿Quién puede probar la amargura de la madre, de la esposa, de
la
novia o de la hija del que murió en la guerra? Y estos cuadros de
miseria moral
y de barbarie, ¿no entristecen el corazón humano? Si tolerar eso
llamáis
patriotismo, yo no puedo ser patriota.
Y dando toda esa amargura atroz, toda esa hambre, todo ese luto, toda
esa
sangre que mancha la patria, toda esa inmensa desgracia irreparable,
¿así es
como amáis la patria? ¡Oh, no! Yo no puedo amar a mi patria así,
porque eso
es propio de salvajismo. Si por no amar así la patria merezco vuestro
desprecio, o la muerte, ¡heme aquí! Porque amamos la patria, no
queremos la
guerra!
Querer evitar la desesperación y la amargura para las familias de mi
patria, es
amar la patria, amando a las familias y dándoles goces. Querer evitar
la
orfandad de las generaciones crecientes, de los niños y de las
niñitas, querer
hacer gozar el amor de padres a las criaturas; no triturar sus
infantiles
corazones con las tempranas amarguras del hambre, de la desnudez, de
la
ignorancia; no quitarles los padres a los niños, eso, eso llamamos
nosotros
amar a la patria. Eso es patriotismo, porque dejamos la patria
intacta.
Mucho
se grita que debemos conservar la integridad del territorio y no
sentimos
la desmembración de la familia que vale mucho más que la
tierra.
Perder los hombres en la guerra es perder la prosperidad de la
patria.
Lo contrario llamamos no amar la patria.
Evitar para el país el derroche de su fortuna; evitar la pérdida de
inmensos
millones que salen del trabajo del pueblo, evitar el derrame de
sangre, evitar
la pérdida de la vida de miles y miles de hombres que sirven para el
engrandecimiento industrial, comercial, artístico, intelectual, moral,
a eso
llamamos nosotros amar la patria.
¿Qué no es amar la patria, este sentimiento de pretender conservarla
sana,
intacta? Sí esto no es patriotismo, decidme, ¿qué es? Seréis capaces
de
decirme, quién amará más la patria, ¿el que la empuja a la guerra o el
que
quiere salvarla de la guerra? ¿Quién amará más a la madre, a la
esposa, a la
hija, el que las salva del peligro de la muerte o el que las empuja a
la muerte?
Hablad con vuestros corazones, que en ellos encontraréis la respuesta.
Si un
extraño, allá, en la playa, cae al agua en peligro de ahogarse, ¿qué
hará el que
sabiendo nadar lo vea caer? Instintivamente corre a salvarlo y el que
no puede
hacerlo se aflige. Así, pensamos, nosotros: no ama a su patria el que
la quiere
ver en la guerra.
Ama a su patria el que la libra de la guerra.
LA
BANDERA
¡El ultraje a la bandera! ¡Cuánto ha hablado la prensa de esto!
Muchas veces han repetido que los socialistas hemos ofendido la
bandera.
Nada más inexacto. Nada más lejos de la verdad. Jamás ningún orador
socialista se ha ocupado de la bandera ni para bien ni para mal. Pero
yo quiero
dejar bien establecido una expresión para que el pueblo tenga una base
en que
apoyarse, un punto de partida para pensar respecto a los sentimientos
socialistas. Yo no tengo la culpa de pensar así. Es mi conciencia, son
mis
sentimientos los que así se han formado y como yo respeto las
creencias
opuestas, reclamo para las mías el respeto.
Para el caso presente hablo de bandera nacional, cualquiera que ella
sea.
Dejadme expresar mis pensamientos sobre la bandera nacional y sobre la
bandera internacional. ¿A dónde lleva la bandera nacional, en caso de
guerra,
a las clases obreras transformadas en militares? ¿A dónde las conduce?
Al
campo de la muerte, al martirio, al sacrificio; se harán héroes como
queráis,
pero bajo esas banderas matan y mueren... Y mientras la bandera
nacional
gallarda flamea en el campo donde los guerreros se descuartizan con
cruel
fiereza, mientras hieren el aire los sonidos terribles del choque de
los ejércitos,
del tronar de los cañones, cuyo estruendo apaga los tristes lamentos
de los
que mueren; de los que agonizan; allá lejos, preso el corazón de
angustia las
mujeres y los niños se desesperan entre lágrimas y tristezas... La
bandera
nacional cubrirá después los cadáveres de los caídos y conducirá
adelante
triunfante a los sobrevivientes. ¿Podéis negar que este espectáculo es
el que
presencia la bandera nacional?
Y la bandera internacional, el trapo rojo, ¿a dónde os llevará?, ¿a
dónde os
conducirá?
¡Qué diferencia! La bandera roja no guía ejércitos! La bandera roja
guía la
familia hacia la paz, hacia el amor, hacia la fraternidad hermosa de
los
pueblos. No luchamos, ni nos hemos preocupado jamás contra la bandera
nacional. Quisiéramos ver todas las banderas del mundo, formando
hermoso
conjunto abrazadas con la internacional, símbolo grandioso de la paz.
En las
fiestas actuales, muy a menudo, vemos salones arreglados con multitud
de
banderas de distintos países, sin que nadie su extrañe de ello.
¿Qué es lo que vemos en una exposición? Multitud de banderas de
distintos
países. Así, pues, no hay ultraje ni nada. Opinamos simplemente que,
algún
día, abrazará a los hombres de la tierra una sola bandera. ¿No
encontráis
hermoso el pensamiento?, (Aplausos).
COMO
AMAMOS LA PATRIA
El amor de madre es el primer sentimiento que la humanidad cultiva.
Cuando
el niño nace es el primer amor que siente. Cuando el niño germina en
las
entrañas maternas, antes de aparecer a luz, la madre le acaricia con
sus
cuidados suaves. Cuando el niño nace su primer amor, su más puro amor,
su
más natural amor, es la madre, porque es de ella, porque es la sangre,
porque
es un pedazo de ella.
La Naturaleza inmutable lo ha hecho así. Es su ley. Las leyes lógicas
de la
Naturaleza no deben ser violadas por las ficciones o errores de los
hombres.
Sólo el que no sabe amar, no ama a la madre. La hiena sanguinaria ama
a sus
hijos y sus hijos le aman. En todas las especies animales vemos el
amor
infinito, dominante, de padre o hijos.
Todos los genios han cantado, han idealizado, hasta el idilio, el amor
de
madre, y es justo, sublime, amar a la madre. El hombre que no ama a la
madre no es hombre. El hombre vive del amor materno en toda su
inocente
infancia, la madre percibe del hombre el más encantador de los amores.
Crece el hombre, ve la vida y llega el momento en su existencia que
siente
nacer en su corazón otro amor. Tras el amor de la madre, concibe el
amor a la
mujer. El corazón del hombre evoluciona un grado en la experiencia que
da
vida. Amaba a la madre y en ella la familia, sin sospechar que hubiera
otro
amor.
Aparece el amor de la mujer y el hombre vive entre dos amores,
haciendo de
su vida un idilio incomparable. ¿Cuál de estos amores será más grande,
más
superior? Ninguno. Son dos amores distintos. Hay un amor para la madre
y
hay otro para la mujer que acoge como compañera de vida, y estos dos
amores sin reñir se funden en un solo corazón.
La vida del hombre avanza. Tiene hijos, tiene una hija, y siente nacer
otro
amor, que vive entre sus dos amores anteriores y nace por tercera vez
un
nuevo amor que no puede reñir con los otros.
Son tres amores distintos, cada cual más grande, más sublime. Mientras
más
culto sea el hombre, mejor sabrá concebir y saborear estos tres
amores,
distintos ellos, pero que salen de un solo corazón, de un solo ser.
Tres amores
distintos: para la Madre, para la Esposa, para la Hija. ¿Cuál es más
grande,
cuál es más superior? Ninguno.
En un supremo momento, podría el hombre reunir estas tres cabezas
hermosas, con tres corazones que pueden ser uno. La cabeza nevada,
venerable de la madre idolatrada; la cabeza gentil, exuberante de la
esposa
adorada, la cabecita inocente, preciosa de la hija amada, tierna y
delicadamente, y en un solo abrazo confundidas acariciar sus labios
con los
besos majestuosos del amor idílico, inimitable de esos momentos.
A esa grandeza tienden nuestros sensatos anhelos de socialistas. Es
ese
nuestro culto. La madre, la esposa, la hija... La Humanidad, la
Patria, la
Familia... Qué hermoso es saber amar a la Humanidad, a la Patria, a la
Familia.
Amar así, eso es Socialismo. (Aplausos).
Amar a la patria, amando la patria de los otros hombres, es amar a la
humanidad.
Amar a la familia, amando las otras familias, es amar la patria.
Amarse a si
mismo, para amar todos igual, es amar la familia. Y simbolizamos
nuestro
amor a la madre, con el amor a la Humanidad. Y simbolizamos nuestro
amor a
la mujer, a la compañera de la vida, con el amor a la patria.
Y simbolizamos nuestro amor a la hija con el amor a la familia y a
nuestros
semejantes.
En esta forma de amores que el socialismo lleva en su seno es donde
los
socialistas, poco a poco, van impregnándose y formando sus
sentimientos, con
los cuales han de llegar a la vida práctica. Eso es el patriotismo
socialista.
Amando las patrias ajenas, si así podemos hablar, conquistaremos el
amor de
los patriotas de los otros países para nuestra patria.
Odiar la patria ajena es provocar el odio para nuestra patria. Yo no
quiero que
nadie odie mi patria, por eso amo las patrias de todos. ¡Así, amamos
la patria!
¿Nosotros enemigos de la patria? ¡Jamás! ¿Nosotros ofender una
bandera?
¡Jamás!
(Aplausos frenéticos).
Luis Emilio Recabarren
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