“El
régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y
administrativo de toda nación. El problema agrario –que la República no ha
podido hasta ahora resolver– domina todos los problemas de la nuestra. Sobre
una economía semifeudal no pueden prosperar ni funcionar instituciones
democráticas y liberales.”
José Carlos
Mariátegui
Como planteaba Mariátegui hace años para la realidad del Perú, y que es
aplicable a la realidad actual de toda Latinoamérica, en la región no existen
instituciones democráticas, incluso desde la perspectiva burguesa, es decir, la
propia democracia burguesa no cumple ni el mínimo de sus principios, lo que por
lo menos en países más desarrollados ocurre. Esto no significa en ningún caso
respaldar la democracia burguesa de los países del 1er mundo, sino dar cuenta
de la demagogia que existe en toda Latinoamérica, que por lo demás, no es un
hecho al azar o fortuito, sino por como se desarrolló el capitalismo en la
región.
A diferencia de los países europeos y norteamericanos, el capitalismo
en Latinoamérica no tuvo un inicio, un desarrollo y una consolidación. Aquí el
capitalismo fue insertado forzosamente, y pagado con la sangre de todo un
pueblo, lo que produjo características híbridas de economía. A una economía
feudal, se le instauró un sistema capitalista, el cual hasta el día de hoy no
se consolida, lo que creo un sistema político y económico atrasado, que
se traduce en un tipo de capitalismo particular, el capitalismo burocrático.
Este capitalismo se define como un sistema económico insertado por el
imperialismo en una región semi feudal y semi colonial principalmente
exportadora de materias primas y donde el problema de la tierra aún no se ha
resuelto, producto de la pugna interna no antagónica de las clases dominantes,
la burguesía y los terratenientes. Al no ser una pugna antagónica y poseer
intereses en común, comparten el poder en el viejo estado
burgués-terrateniente.
Desde aquí se puede explicar claramente lo que nos dice Mariategui, en una
región donde no se ha resuelto el problema de la tierra, problema económico
fundamental, no pueden existir instituciones democráticas. ¿Por qué plantear
todo esto? Para barrer con posturas de “izquierda” revisionistas y
oportunistas que plantean la validez de las elecciones, incluso algunos
apoyándose en Lenin, en lo referido a las elecciones como medio de propaganda
de la revolución, cuestión completamente metafísica, no asumiendo las
particularidades de la región, ni entrelazando la teoría con la realidad, ya
que como dijo Engels: “Pero toda la concepción de Marx no es una doctrina,
sino un método. No ofrece dogmas hechos, sino puntos de partida para la
ulterior investigación y el método para dicha investigación”.
Por lo tanto, rechazamos toda visión seudo progresista que plantea las
elecciones como una vía válida o como un “medio de propaganda”, plantear esto
es ser igual de demagógico que el político burgués de la derecha más
recalcitrante. En un sistema donde no existen instituciones democráticas, las
elecciones no sirven para nada, ni para alimentar la esperanza de los más
oprimidos, el pueblo ya no cree en la democracia burguesa y sus elecciones, no
cree en los políticos burgueses, no quiere el mismo sistema de educación que
reproduce las desigualdades, no quiere el sistema de trabajo explotador
burgués, no quiere más patriarcado y discriminación contra la mujer, no quiere
más represión del viejo estado, por lo tanto, si el viejo estado no sirve solo
hay que botarlo.
La política no se reduce a un voto cada 4 años, la política es más que
esto, se realiza día a día, las organizaciones populares, las
organizaciones gremiales, las luchas callejeras, las marchas, los mitin, las
asambleas, etc. La política está arraigada en la sangre roja de nuestro pueblo,
el apartar la política y dejarla como para una élite o una casta (ya
que en ningún caso componen una clase) es el trabajo que realizó la burguesía
para quedarse con el monopolio del poder, y eso es lo que existe, un monopolio
del poder, dan solo unas cuantas opciones, y debes elegir alguna de las pocas y
muy homogéneas posiciones. La construcción del poder debe partir del pueblo, de
las masas, comenzar a crear nuevo poder desde donde se desenvuelva cada uno de
nosotros, universidades, liceos, trabajos, poblaciones, medios de prensa
alternativos, etc.
A la política burguesa oponemos la política del pueblo, de las masas, la
real política, para avanzar hacia la conquista del poder, mediante el único
recurso histórico con que las clases se posicionan del poder total, mediante la
violencia revolucionaria, la violencia de las masas en este caso contra el
viejo estado burgués terrateniente, para construir un nuevo estado proletario
de la mayoría, sobre las ruinas del viejo.
Por todo lo anterior es que creemos que las elecciones no son la vía para
liberar al pueblo, y en un país sub desarrollado como Chile ni siquiera sirve
como una plataforma de propaganda, ni ahora ni nunca. Hacemos un llamado a no
votar, para no contribuir con la legitimación de este injusto sistema, apoyamos
a los estudiantes secundarios en su campaña, a algunos de los universitarios
democráticos y a todo el pueblo que se quitó la venda de los ojos,
viendo la miseria, lo pobreza, la explotación, y la represión que trae el
capitalismo burocrático y su podrido sistema político eleccionario, y que
además lo están remplazando por la política del pueblo; la organización y
lucha, la verdadera política, una política revolucionaria.
¡NO VOTAR, A
LUCHAR!
¡NO
SEAMOS CÓMPLICES DE ESTA PODRIDA DEMOCRACIA!
¡ORGANIZACIÓN
Y LUCHA!
Escuela
Política Luis Emilio Recabarren
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